
Jia Tolentino (Canadá, 1988) es de las pocas personas que puede decir que creció en el seno de una iglesia evangélica conservadora, puesto que sus padres, inmigrantes filipinos, instauraron su hogar dentro de una ermita en Texas. Ella siempre dice que la educación que recibió entre esas cuatro paredes fue la que le hizo darse cuenta de que, contra todo lo que predicaba su comunidad, era progresista, atea y adicta a una droga que le provocaba el mismo éxtasis que la oración.
A los 16 años se apuntó a un reality show y fue aceptada en Yale, pero por presiones familiares estudió en la Universidad de Virginia.

















