
Un coleccionista particular de València encargó la limpieza de una supuesta copia de la Inmaculada de Murillo a un restaurador de muebles por 1.200 euros. El resultado fue el imaginado: la cara acabó desfigurada y con un gran parecido al icónico eccehomo de Borja intervenido por Cecilia Giménez. Más tarde el propietario intentó solucionarlo contactando, esta vez sí, con profesional en restauración, pero algunos de los daños causados ya son irreversibles. No tardó demasiado en ganarse un nuevo apodo: el del eccehomo valenciano.
La Asociación de Conservadores-Restauradores de España (ACRE) emitió este martes un comunicado en el que decían no saber si la pieza retocada es una copia verdadera de La Inmaculada del Escorial que actualmente se encuentra en el Museo del Prado, pero que, de confirmarse los hechos, "habría que lamentar la pérdida, una vez más, de un bien cultural".

















